domingo, 7 de diciembre de 2008

SEBASTIAN RUBOLINO



A mi eterno amigo SEBASTIAN RUBOLINO,
La amistad entrelaza las manos, y con hilos invisibles se crean vínculos infranqueables con lazos invisibles de un bloque solido de cariño y un exquisito y profundo amor.
Recuerdo mi llegada a la recepción de una empresa Argentina con sede en Madrid, de todos los empleados, el mas silencioso, callado y exquisito por la educación, sin duda, tu. Pasaron los días, y mientras repartía el correo al resto de los departamentos y atendía las tareas cotidianas, os acercasteis Almudena y tu – Podemos tener una reunión contigo- me preguntabais, seme pasaron mil y una cosa por la cabeza, y entre expectante ala sala de reuniones, y me ofrecisteis formar parte de vuestro equipo de administración, así de sencillo fue como te convertirte en mi jefe, jamás tuve ninguna presión en el trabajo que desarrollaba, siempre dispuesto a que aprendiera y en mi recuerdo de aquella etapa, guardo profesionalmente el gran equipo humanos que formábamos en esa administración. Recuerdo con muchas nostalgia, los momentos de las conciliaciones que me aturdían la cabeza, y hacia de unos papeles una pelotilla y la lanzaba a tu escritorio, te asombraba eso gesto míos, que nunca sabias que quería ni si quiera con que golpes iba a salir, te quedaste mirando la papel y la tiraste a la papelera, hice otra pelota y te la volví a la lanzar : Necesito despejarme un poco, vamos a jugar al tenis – te dije naturalmente muy segura, andaba el director general a escasos metros, y me siguió dando igual, al final te animaste a empezar ese partido de tenis, con un solo un poco de papel, solo estuvimos un corto ratito, pero fue el suficiente, para continuar con las conciliaciones y haber despejado mi mente.
Fueron muchos los buenos ratos, aprendí de tu profesionalidad, la discreción e intente averiguar ese mundo interior que llevabas dentro dela carcasa de tu cuerpo, y siempre extraje unos valores que desgraciadamente están en peligro de extinción, me has inundado de una admiración exquisita, de un respeto incalculable, y de una bondad que no te cabe en el pecho, eres la primera persona que conozco, que hace amigos desde el corazón, y que tus pisadas por donde vas, dejan huellas que son casi inenarrables, porque son para sentirlas.
Otras veces, iba con cualquier informe cogía una silla y me ponía enfrente de tu escritorio, y me ponía hablarte de lo que le ocurría a mi corazón, seguramente conocías tu mucho mejor a esa persona que no sabia como sacar de mi vida, que yo misma, con cuanta atención me has escuchado siempre, jamás sentí ni en tu mirada ni en tu gestos ni un ápice de un pensamiento critico, ni sentí el roce de que estuvieras juzgando.
Recuerdo otro día, que estaba agobiada con algo, y fui a que María, me diera un abrazo, como siempre, yo con esos actos míos, necesitaba unos brazos que me dieran la fuerza de la seguridad, creo que esa fue la primera vez que aprendí a pedir un abrazo sin ningún tipo de pudor y creo que esa fue la primera vez que enseñe a dar un abrazo también sin pudor, recuerdo como se puso de roja nuestra María, luego con el tiempo venia a mi a decirme: Jo Sonia ya no me haces mimitos .
Recuerdo una apuesta que hice con Almudena, eran dos besos y estarían repartidos en un mes, la gane y se puso roja, y nos empezamos los cuatro a reír, hicimos tanto ruido y el resto del os departamentos se extrañaron tanto, que administración, estuviera de juerga.
Después de la jornada, a veces te unías, a las cañitas, en el bar de al lado de la oficina, otras te esperamos, e incluso alguna vez nos hemos ido de cenita por ahí, tengo en mi memoria algunas despedidas de compañeros y alguna cena de empresa, los bailes de salsa que no hemos marcado alguna vez.
Y el tequila que llevaron una vez a tu casa, un tequila mejicano, que eso no había rayos que lo tomásemos, y los dulce de leche, eran mi perdición, y las jornadas de cine que nos marcábamos cuando terminábamos de trabajar, con nuestra Charito.
Y esa tarde de jueves, que te pregunte que vas hacer esta noche??? He quedado con mi padre que ha venido de Argentina y no vamos a ver cante hondo – Llame a mi madre y nos apuntamos a vuestro plan, los cuatro, quien puede contar que estaba con mi jefe, y cada uno de nosotros con parte de nuestros progenitores, me encanto el espectáculo, me encanto el vino, y una vez el espectáculo termino me arranque a bailar flamenco y sevillanas, fue gracioso porque baile con casi todo el local sevillanas, estaba en un terreno que siempre me ha gustado.
Esa noche te pedí que no te fueras.
Recuerdo cuando me dijiste que dejabas la empresa y que te marchabas a tu tierra natal, no se que cara se me quedo, no te creía, no se si tardaste tiempo en decirme, pero María me decía, Sonia, es cierto, - Me abrace a tu cintura y se me ponían los ojos llorosos, y me dijiste – estas haciendo teatro o lloras de verdad - Se me soltaron las lagrimas y te dije que eso no era teatro, estuve intentando encajar tu partida, como buenamente supe, invente historia para que te quedara, pero me di cuenta que tu felicidad estaba allí, y que todo lo que había aprendido y por el enorme cariño y los grandes momentos que siempre me has aportado, debía no ser egoísta porque por encima de todos eso estaba siempre tu bien estar.
Fue para mi un gran honor, que descubrieras mi parcela con la escritura, envié un mail a toda la empresa, con unos textos míos y invitándoos, a mi primer recital de poesía en Madrid, estaba nerviosa, cuando llegue, estabas allí, y me hizo muy feliz, contar con tu presencia, estaba nerviosa por la temática escogida, no tenia ni idea de cómo lo aceptarían y aun así arriesgaba, hacer una vez mas, cuanto quería y sentía, con ciertos rolles, me sobresalta una rebeldía sin causa. Estaba sentada en la mesita con el foco de luz, me tuve que levantar porque me temblaban las piernas, hice una introducción de cada poemas y los motivos que me inspiraron y cuando intentaba fijar la mirada y buscar a mi gente, sabia perfectamente que estaba allí, escuche los aplausos, te miraba y veía una sonrisa de lado a lado , alternaba la mirada entre mi madre, esa mujer que me pario, y que se sentía, enormemente orgullosa, eras las dos personas, que mas me gratificasteis con vuestra compañía y siempre estuve segura, de que estabais allí, quienes yo quería que estuvierais. Nos fuimos a tomar luego unas copas, y recuerdo una frase tuya – Sois una cajita de Sorpresas, siempre me sorprendes – Cuanta ternura, he recibido por tu parte.
Siempre me ofreciste tu casa, para quedarme a dormí, y con una caballerosidad me cedías la cama y dormías en un colchón pequeñito, a la mañana siguiente desayunábamos y me dabas dulce de leche, que era mi perdición.
Recuerdo la despedidas que te hicimos, la empresa los amigos, me dijo Enrique Azuaga, mientras pedía una copa en la barra, Sebas y tu estabais muy unidos, se van extrañar mucho, con cuanta rabia le hubiera contestado, porque no había echo nada para que te quedaras, me costo comprenderlo y me consto, mucho las formas con las cuales regresaste, no era justo.
Viví las despedidas, de una forma con mas resignación que alegría, y cuando te echaras de menos que iba hacer – recuerdas que te lo pregunte, lo que he hecho este tiempo, recordarte con mucho cariño y quererte, eso es lo que he hecho, y cada vez que tengo noticias tuyas, me inundas de una enorme alegría y solo saber que andas por el mundo y que estas bien, ya me hace bastante feliz.
Me dejaste sola en la oficina y al tiempo, por motivos que ya sabemos, que fui yo, os eche de menos, eche de menos esa etapa, a mi SEBATIAN RUBOLINO, y en un verano, recibí un mail tuyo diciéndome que estabas en España, en mi habitación daba saltos de alegría y se lo fui corriendo a comentar a tu madre, intente localizarte hasta que hablamos, y quedamos.
Estaba en la esquina esperándome, notamos y picoteamos algo, te conté los acontecimientos nuevos, los viajes que había tenido y las experiencias por trabajo, que alegría me dio y corto se me hizo, me supo a poco, los planes eran quedarte de nuevo en España, por lo que me alegraba mucho, y te decía, si no te tenia que haber ido – pero duro poco y las cosas no salieron como tenias previstas.
Esa ultima despedida, por Madrid, lo pase muy bien contigo, pero llore mucho, me agarraba a tu cintura y no hacia otra cosa que llorar y llorar, no entendía porque te ibas otras vez, no entendía que parte del mundo querías estar, que podía ofrecerte y que podía hacer para que te quedaras, si hubiera tenido una barita mágica en ese momento, habría complacido tu deseo inmediato. No fuimos del local, porque en unas horas cogía el avión, y en la calle, mientras todos se dirigían al coche, me besaste, aun recuerdo ese beso, como si lo hubieras esperado siempre, algo que deseábamos y que no me arrepentí ni un solo instante, sentí una carga de emociones y sentimientos de una pureza innata, como si me hubieran querido por primera vez, me sentí en tus brazos una reina entre tus brazos y hubiera detenido el tiempo para que en unas horas no cogieras el avión, pero quien era yo para retenerte???? Con suavidad, con sinceridad, con madurez, con cariño, con ternura, me dijiste: Pasa la noche conmigo – habría pasado la noche contigo y seguramente hubiese pasado muchas más noches, pero tú debías irte, a buscar ese mundo que te hace sentirte cómodo y tal vez yo siguiera buscando experiencia y vivencias. Te llevaste mi DNI y al llegar a casa te llame, dejaste mi DNI a un amigo, y según cuenta la historia ya no volviste a España.
Al poco tiempo te escribí un mail, contándote que significo aquel beso, nuestro primer y único beso, siempre hemos tenido noticias el uno del otro, una llamada a tiempo un correo electrónico, y lo único que no quiero perder es el contacto contigo, agradecerte todo lo que me has enseñado, todo lo que en mi vida has significado desde el silencio, desde la prudencia, me sabe a poco, nunca he encontrado el modo de agradecerte tanto cariño mi querido SEBASTIAN RUBOLINO.
Cuando regrese a primero de año de Cádiz a Madrid, tuviste una llamada, cuanta alegría me dio escucharte, sentí que intuías que algo en mi vida no marchaba bien, y de algún modo con esa llamada, me recordabas la persona que existe en mi, y se asomaba un abrazo exageradamente grande y nuevamente y de alguna forma, me sentía querida, aunque haya sido desde la amistad mas profunda.
Hace unas horas, te contestaba a tu mail y te dejaba la dirección de mi blog, quería dejar todas estas palabras para ti, para SEBASTIAN RUBOLINO, y espero que cuando termines de leer todo esto, sientas que te abrazo desde el recuerdo con mucho cariño y principalmente que te quiero.
Gracias, muchas gracias por haber formado parte de mi vida y de mi existencia, es un regalo maravilloso.

2 comentarios:

barca0014 dijo...

Jooo ojosde... k bonita historia.... se ha kedado en una amistad especial, que si no hubierais tenido que separaros tal vez hubiera sido otra cosa, pero a veces el destino es asi...

Disfruta de lo que has vivido con el, y ten un buen recuerdo de todo eso!!!

Biquiños!!!

Anónimo dijo...

mi niña lo q siempre te digo eres caviar para mis ojos,q jamas me falten tus letras tesoro,q afortunada eres de q se cruzara en tu vida UN CABALLERO asi ya q de eso anda escasa la sociedad.me engaxas hasta la ultima coma,tus post no tienen desperdicio mi vida,y si a eso le sumas mi gran imaginacion ,mientras leia te veia como en una pelicula,con emociones incluidas...

LA VERDADERA AMISTAD NO TIENE EDAD NI TIEMPO,NI DISTANCIAS ...PERDURA PARA SIEMPRE EN EL CORAZON Y EN EL ALMA.
MUXOS BESOS.